domingo, 26 de junio de 2011

CÁTEDRA CANDELARIA, Una escuela que navega en la ciudad

Ponencia presentada por el Equipo de Cátedra Candelaria(1) en el V Congreso Internacional de Interdisciplinariedad y Currículo, Universidad nacional, Bogotá junio 2000.

Cátedra Candelaria, como proceso de aprendizaje y como propuesta pedagógica, se estructura orgánicamente, mediante el acoplamiento rítmico de tres momentos: 1: Emprendimiento; 2: Contacto con la diversidad; 3: Exploración de lo invisible. El proceso se despliega en el espacio – tiempo, construyendo senderos para explorar el territorio circundante, entendido y asumido como entramado relacional social e históricamente construido, que determina la constitución de sujetos. Sujetos que al adquirir la capacidad de descifrarlo se descifran y lo descifran, generando capacidad para construir nuevos senderos o proyectos de vida y de cultura. 

Reseña del Equipo
Cátedra Candelaria nace y se desarrolla en la confluencia de personas y equipos interdisciplinarios, desde una dinámica de multinivel, donde se va asumiendo, tanto la cotidianidad del trabajo escolar, como la reflexión, sistematización y desarrollo de procesos y proyectos del Programa. Así aparecen:

Un profesor del C.E.D. La Concordia con colaboradores externos quienes conjuntamente desde sus profesiones ligan las sociales, las ciencias y las artes para planear, realizar y evaluar cada una de las actividades de clase.

Seis profesores del colegio de las áreas de matemáticas y física, español e ingles, sociales y ética, artes e informática y psicopedagogía y orientación, el Coordinador y la Rectora, todos empeñados en desarrollar el énfasis turístico del P.E.I. empresarial del colegio adoptado a partir del Programa Cátedra Candelaria.

El equipo de Fundaminga, galardonado con el Premio Nóbel Alternativo 1999 por sus trabajos en la consolidación del Amazonas, el cual tiene bajo su responsabilidad desarrollar el proyecto del IDEP Cartografía Social para la construcción de un nuevo proyecto pedagógico, que debe garantizar la consolidación del Programa Cátedra Candelaria a 5 años.

Un grupo de vecinos, habitantes de la localidad, directivos y maestros de otras instituciones educativas del sector que han establecido un intercambio semanal de enriquecimiento particularmente cartográfico con el Programa.

Dos equipos procedentes de la Red de Caos, Complejidad y Creatividad REDCOM, que realimentan con sus visiones teóricas la Cátedra Candelaria.

Un grupo de jóvenes egresados del colegio y habitantes de la localidad que desarrollan la perspectiva emprendedora y empresarial de los distintos proyectos.

I.                    INTRODUCCION

Hacer del proceso de aprendizaje una experiencia vivencial que favorezca una relación más fecunda y creativa con el entorno natural y cultural de la localidad de La Candelaria, ha sido el propósito del CED La Concordia, y, más concretamente de su área de Ciencias Sociales, a través del Programa Cátedra Candelaria, iniciativa que desde 1993 ha tenido en el profesor José Vicente Rubio su principal mentor y promotor.

Como experiencia pedagógica la Cátedra Candelaria se acerca y comparte el sentir, el quehacer y el saber de la comunidad, construye una nueva relación para que la escuela y la propia comunidad se transformen mediante la revaloración y la resignificación del territorio como espacio que forma ciudadanos y reconstruye la ciudad. El Programa, en nuestro sentir, permite hacer realidad la “ciudad educadora” en la medida en que logra vincular el interés de instituciones, vecinos e investigadores en procura de hacer de La Candelaria una localidad ejemplar.

En síntesis, a través de Cátedra Candelaria, se generan importantes elementos para construir una alternativa pedagógica orientada a replantear la relación con el conocimiento y con la sociedad. Cátedra Candelaria demuestra que es posible construir una pedagogía amigable y amena para acercarnos a comprender la diversidad de la que hacemos parte y, sobre todo, a interactuar creativamente con ella.

Cuando se empezó a gestar la propuesta, a fines de 1997, en las aulas del colegio La Concordia los niños y jóvenes aparecían fríos, inermes, sin ilusión; sólo veían lo inmediato, lo homogéneo; no conversaban, sus cuerpos y sus mentes se habían tornado pesados, parecía que se les había muerto el alma. Preocupados por esta situación, en 1998 se inició una rigurosa exploración en equipo, desde el área de Sociales, que puso en evidencia que el alto grado de descomposición socioeconómica de los barrios de procedencia de los estudiantes era el mayor responsable de esta situación. Esa problemática ambiental y familiar se convertía en una especie de tapón para el aprendizaje y en una carga emocional que los paralizaba y les generaba fuertes bloqueos para el conocimiento, la interpretación, la convivencia y las relaciones entre los procesos educativos y los fenómenos sociales.

Entendimos que si el problema era de orden social, era necesario desbordar el marco institucional para poderlo afrontar. Por eso dirigieron la mirada y las prácticas hacia la Candelaria y descubrieron que la riqueza histórica, política y cultural del Centro Histórico de Bogotá ofrecía los elementos fundamentales para enfrentar el problema y desbloquear el potencial de energía de nuestros jóvenes a través de acciones emprendedoras destinadas a despertar su interés y renovar su capacidad de aprendizaje; realizando una aventura por la localidad para ampliar su mundo, su imaginación y su realidad y generar un poderoso ambiente de conexiones.

El resultado fue una expedición permanente por la Candelaria, que ha logrado recrear acontecimientos dentro de nuevos territorios, poniendo en escena la trama de lo social para ser vivenciada por los estudiantes.

Cátedra Candelaria está hoy viva en cada uno de los niños y jóvenes que han venido haciendo parte de la Expedición. La pasión ha vuelto. El aula de Sociales se ha convertido en un escenario de emoción, compilación y producción de conocimiento. Ya existe capacidad de relación y comprensión de los temas y los libros volvieron a ser parte interesante del quehacer educativo. El poder del programa para ampliar la mirada y devolver el asombro y el interés a los alumnos, además de plasmarse en un precioso mural que refleja su sentir sobre la Localidad, fue reconocido por la Secretaría de Educación, seleccionando al Colegio como una de las ocho experiencias exitosas del Distrito y recibió nominación por el Premio Compartir al Maestro 1999.

El CED la Concordia ha ido encontrado su norte; la jornada matutina ha decidido enfocarse al desarrollo humano con énfasis en convivencia y comunicación; el empuje que le ha dado la Cátedra Candelaria a la jornada de la tarde le ha permitido definirse como un Bachillerato Empresarial con un énfasis en Administración Turística. Toda la Comunidad Educativa ha asumido el compromiso de sacar adelante este nuevo modelo pedagógico con base en la articulación de ambos PEI.

En el presente año se vincularon al proceso los investigadores Gloria Restrepo y Alvaro Velasco, de la fundación FUNDAMINGA, con amplia experiencia en el acompañamiento de procesos sociales, con el propósito de generar producción social de conocimiento, relación que pudo concretarse gracias a que el IDEP financió el proyecto “Cartografía social para la producción de un nuevo proyecto pedagógico”. La interacción y reflexión con los investigadores ha permitido avanzar en la consolidación del proceso y en la estructuración de la propuesta.

II.                  Presentación de la experiencia de Cátedra Candelaria
Estrategia de presentación de la ponencia:

La siguiente presentación se hace usando la estrategia de guión, es decir, se presenta como si los ponentes estuvieran en una actuación o preparando un libreto que posteriormente deben actuar, debido a que se ha hecho muy fuerte en los jóvenes de esta institución, las formas expresivas mediante las representaciones o actuaciones. Esta manera, puede generar discontinuidades, que esperamos sean superadas por la riqueza que esconde este tipo de texto y la experiencia en sí misma.

Ludy:

La historia de Cátedra Candelaria ha sido el intento por transformar y dar vida a un mundo acartonado, frío, esquemático, agresivo, que pesa no sólo sobre nuestros jóvenes y niños sino también sobre nosotros los maestros. Por eso hemos llegado a la siguiente descripción :
Un grupo de pequeños y medianos hechiceros atraviesan los muros de su escuela navegando a la deriva por los invisibles de su entorno local y en una aventura compartida con magos, sabios, taitas y duendes de su territorio, tejen y destejen tramas de relaciones, ampliando su mundo y llenando de vida, color y magia a su localidad.

Iniciemos con un corto vídeo de la historia de uno cualquiera de nuestros muchachos en la Expedición Pedagógica Candelaria desarrollada el año pasado como parte del Programa Cátedra Candelaria.

VIDEO: “La historia de Gerardo

Jairo: La historia que relataremos en estos próximos minutos tratará de dar cuenta de la experiencia de Cátedra Candelaria y hemos encontrado que la mejor forma de hacerlo es encarnando cada uno de nosotros los cuatro grandes componentes del programa:

Alvaro: José Vicente nos presentará el EMPRENDIMIENTO como punto de partida de todos los procesos de construcción de un nuevo proyecto pedagógico.

José Vicente: Ludy Judith nos expondrá el acceso por los amplios caminos de la DIVERSIDAD

Ludy: Jairo nos arranca del mundo visible en un viaje hacia lo INVISIBLE
Jairo: Alvaro Cesar nos llevará hacia la construcción de un mundo de RELACIONES.

José Vicente: El EMPRENDIMIENTO
¡Cámara!  ¡acción! , ¡grabando!
... ¿Aló, aló, hola, hola, alguien me escucha?
... Jóvenes, niños, Gerardo, Camilo, Gloria, llegué yoooooooo, hola, auxilio, vengo mal de la voz, eso, eso, gracias, gracias....
Háganme un gran favor, acérquense todos, todos, formen un semicírculo aquí bien estrechitos porque vamos a hablar cinco minutos y ni un segundo más. O.K. Camilo, lleve la cuenta, ¿listos?
Qué bien, chévere, hoy les traigo tres propuestas para algunas de ellas en las clases de los próximos quince días.
Gerardo, hermano, guarde esa pistola antes de que alguien se le quite. Ya sabe que esos balines le han hecho daño a más de uno acá. Gracias.
Bueno, me quedan 4 minutos y no quiero que nadie interrumpa, que no se oiga ni una mosca, o si no descontamos tiempo, ¿vale?

La primera propuesta es algo muy serio, grave. Se trata de defender y comprobar una afirmación, que si logro convencerlos... mejor dicho, todo lo que tienen ahí a la mano se les va a desaparecer, cada uno de ustedes va a quedar en medio del vacío. Esa pistola de Gerardo, con balines y todo se va a esfumar. Pero eso es si me aceptan la primera propuesta.
La segunda, se trata de vivir uno de los grandes aspectos de las sociales; vivirlo de veras. Si nos decidimos por la economía, nos vamos al parque de los carabineros y el curso se divide en dos pueblos: uno arriba y otro abajo; les tocará sembrar, cosechar, criar animales y luego, seguramente, empezarán a hacer intercambios... Sí claro, podrán tener mujer o marido, hijos, dormirán en familia. El tiempo se acortará, los días serán de 10 minutos y las noches de 1....
¿Preguntas? Bueno, pero cada pregunta con su respuesta son de descuento, ¿O.K.?
La tercera propuesta consiste en posesionarnos en serio de una cultura o civilización; podemos comenzar por la cultura precolombina, pero si nos decidimos por ella, nos tocará ser indios, sentir indio, hablar indio, comer indio; deben venir con trajes o al menos con algún símbolo indio al colegio, una pluma por ejemplo; y haremos una clase en la maloca que hay allí abajo en el IDEP y de pronto resultaremos en un reguardo indígena aquí cerca en Cota o hasta en el Amazonas.
Bueno, se acabó el tiempo, ¿cuál de todas las propuestas les gusta más?

Esto puede ser el comienzo de una clase de sociales en grado octavo, o también en sexto. En C.C. hemos podido constatar, palpar, sentir, que nuestros niños y jóvenes por muy bloqueados, chocados o lastimados que estén por muy avanzada que esté su agresividad o baja su autoestima, RESPONDEN, se encienden, PRENDEN... Y que mientras no hayan despertado, mientras no se hayan desbloqueado, no hay nada que hacer. ¡Cualquier intento por el conocimiento y el aprendizaje es una nueva batalla perdida!
Creo que todos o casi todos los aquí presentes hemos sentido a flor de piel esa frustración, ese choque acerado contra la barrera infranqueable de un curso a pesar de todo nuestro conocimiento de toda nuestra ciencia pedagógica.

ENCENDER, PRENDER, DESPERTAR, GENERAR PARA PODER EMPRENDER ES EL PRIMER PASO DE C.C.

¡En sus marcos, listos, PUM!

Nuestros niños y jóvenes llegan a sentir el disparo de veras, lo oyen y sienten en el olor de la pólvora y arrancan; emprenden la carrera así como vienen: cojos, golpeados, entumecidos, adoloridos.... pero arrancan.

Seguramente la gasolina, la mecha, no les va a durar para rato. Suena el timbre, viene la siguiente clase y ¡PAO! Salen a la calle y ¡PAO! Llegan a su casa y ¡PAO!; madera y más madera, dolor, agresividad, impaciencia.

A los 3 u ocho días, en la siguiente clase de sociales, toca volver a comenzar, a impulsar, a generar...

Hubo una época en que el desgaste era enorme, había que inventarse algo para cada clase, algo que guardara alguna relación con las sociales, por supuesto, aunque esa relación no fuera muy clara para ellos; pero a medida que Cátedra Candelaria se fue volviendo equipo, a medida que otros maestros y amigos comenzaron a ver que tantas y tantas cosas emocionantes se iniciaban pero no podían continuar, fueron apareciendo nuevos elementos y componentes en la experiencia.

Habíamos logrado que los chicos tuvieran al menos una expectativa sobre la clase.... “Nos toca sociales; vamos a ver qué se les ocurre hoy a estos cuchos”
Pero la continuidad estaba siempre en peligro; entonces se nos apareció la localidad de La Candelaria con todo su potencial de Centro histórico, político y cultural y se nos fue revelando un elemento que estaba allí, una mina, una veta que no habíamos visto y que podría abrir nuevos caminos y ampliar sus horizontes.

Permítanme que me acomode frente al computador, que tome el mouse y haga click en una palabra que es el segundo componente de Cátedra Candelaria: DIVERSIDAD.

Jairo: DIVERSIDAD

Alvaro: DIVERSIDAD

Ludy: ¿POR QUÉ LA DIVERSIDAD?

Porque encontramos jóvenes monotemáticos, unilineales, que abordan el mundo a brincos y a saltos
Que corren y pasan encima de todo y de todos
Que en el aula son o pretendemos que sean solo OJOS Y OIDOS
Y cuyo único camino de comunicación es la agresividad.

Encontramos así un doble problema:
El del CONOCIMIENTO porque la mirada que tienen del mundo, no se los revela nada atractivo, nada interesante, como dicen en el video, TODO ES UNA SEBA, LES RESBALA.
El otro problema es la SENSIBILIDAD, porque parece que hubieran perdido las otras formas de acceder al mundo físico como el olfato, el gusto, el tacto o la acción, y las expresiones de afecto solo aparecen bajo el cliché de novia, mamá,  amigo, etc.

Por ello, solo después de romper o desbloquear puede considerarse lo diverso, pero a sabiendas de que LO DIVERSO SE PUEDA ABORDAR DE MÚLTIPLES FORMAS. Nosotros decidimos tocar la diversidad desde la ampliación del aula, estableciendo contacto con una multiplicidad de elementos, entonces adquiere relevancia para todos lo próximo, la puerta del colegio que los pone en su localidad, donde viven, donde transitan a diario.

Pero ¿qué encuentran allí?. Pues lo que ellos quieren buscar, y es así como empiezan a definir atractivos y extraños oficios: Ser contador de escaleras,
degustador de alimentos, observadora de pintas, y en este hacer, un día, el grupo se encuentra con una mujer que tenía un atuendo raro y al entrar en conversación con ella, acceden a un lenguaje extraño; sin esperarlo, se han acercado a la expresión de otra cultura.

Otros siguen dibujando casas, contando puertas, animales o las tiendas que hay en la cuadra o en la manzana que les hemos regalado;
Se averiguan los nombres de las personas y las actividades que realizan; saben cuántos pasos hay de esta esquina a la otra, reconocen los lugares por sus olores: la panadería, la choricería, el orinal o la zona donde la pasan los marihuaneros; saben cuáles son los sitios donde hay mucho ruido, dónde se escucha el agua de una alcantarilla, o la música que le gusta al vecino.
Han pisado las calles empedradas, los huecos o los parches que ellas tienen. Miran las ventanas, puertas y paredes con sus colores, formas y texturas variadas. Pero además de esto, se han encontrado a una abuela que casi no puede pasar la calle y le ayudan; al indigente que les presta un celular para llamar a su novia; al policía que charla con sus compañeros mientras un grupo atraca a una señora; al artista que está haciendo máscaras en una casa enorme de tres patios y paredes de ochenta centímetros de espesor, con balcones y puertas de madera; a la mujer que vive en una casa a punto de caerse, de donde salen diciendo: “PROFE, YO SOY POBRE PERO NO TANTO COMO ESA SEÑORA”

Esta expedición por las cercanías del colegio nos permite ver cómo el conocimiento vivo, cómo lo político, lo social, lo económico, cómo la geografía de toda una realidad están allí, al otro lado del muro, pasando la calle, en la esquina, en la cuadra.

En fin, hemos logrado construir un mundo físico, que a la postre nos desborda, nos lleva a la acumulación de información, de datos de sucesos, nos deja la visión de la completitud, el sabor caótico del quehacer diario, PERDIÉNDONOS EN LA ESHUBERANCIA Y LA DESMESURA DE UN TERRITORIO LOCAL QUE CONTIENE Y ES CONTENIDO POR LA CIUDAD, EL PAIS,EL MUNDO...

Nos vamos dando cuenta de que el viaje ha sido por la superficie del mar, donde todos los senderos se pierden, y así llegamos a la idea de que la DIVERSIDAD NO ES SUFICIENTE, porque no es suficiente capturar la información, organizarla y manejarla; entonces iniciamos un camino de inmersión en búsqueda de lo oculto, de lo que hemos llamado LO INVISIBLE

José Vicente: lo invisible

Alvaro: lo invisible

Jairo: LO INVISIBLE

Y para sumergirnos, para hacer inmersión en ese mar de información, usamos 4 estrategias:

La primera: usar una mirada NO ANTROPOCENTRICA : ¿cómo ve el viento?, ¿cómo ve un perro?, ¿cómo siente una piedra?. Esta mirada se materializa en dibujos sorprendentes, de formas y figuras bastantes extrañas, que luego se plasman en un mural pintado en una de las paredes del colegio, que MÁS QUE REPRESENTAR LA LOCALIDAD, LOS REPRESENTA A ELLOS MISMOS.

La segunda, fue el BICHITO: cada niño se ideó un organismo o artefacto, que empezó explorando su propio yo, asumiéndolo como un territorio y, luego, el bicho y el niño se escriben cartas en las que se intercambian preguntas e información; uno le contaba al otro cómo era afuera y el otro le contaba cómo era adentro y cómo lo veía, permitiéndole a cada uno identificar intereses y aptitudes, hasta producir una simbiosis entre el artefacto - bicho y el joven; la estrategia se finalizaba con la idea de que el bicho se va a recorrer la localidad.

En la tercera estrategia cambiamos el objeto de estudio; ahora se trataba de recorrer un espacio real pero reducido de La Candelaria: el callejón del embudo, una cuadra de sesenta metros de largo por algo más de dos metros de ancho, aportándole desde la imaginación historias y situaciones para ellos interesantes; entonces los espacios reales empiezan a ser RESIGNIFICADOS: ante sus ojos, un andén se convierte en muralla de un castillo donde deben rescatar a su princesa; un callejón es un río lleno de pirañas, una rejilla es una trampa; y de estos peligros y aventuras, va surgiendo también LA REALIDAD DE LOS MUCHACHOS, QUE EN MUCHAS DE SUS EXPERIENCIAS SUPERAN LA IMAGINACIÓN.

Así se nos va evidenciando que las historias que tejen en el callejón tienen que ver con su propia vida y van apareciendo historias de pandillas.

El territorio se amplía nuevamente para dejar circular por allí sus acciones callejeras y, cuando pensamos que nos estábamos perdiendo entre los guiones, la actuación, la producción y el video de pandilla, llega uno de nuestros amigos y nos dice “¿Y ACASO LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD NO ES UNA HISTORIA DE PANDILLAS, DE PUGNA DE BANDOS POR TERRITORIOS, RIQUEZAS Y PERSONAS?

Y encontramos que todo encaja perfectamente y el guión de la pandilla de la india, la princesa y el jodido cacao se superpone sobre 3 rutas para penetrar y recorrer La Candelaria; pues si bien hace 500 años vivían allí los chibchas y pasaron los conquistadores  en busca del dorado fundando a Bogotá, hoy día nuestros niños y jóvenes podían y deberían hacer el recorrido en una aventura a su manera, refundando su ciudad.

Pero esta es otra historia que Alvaro va a toca en el último componente que por ahora tiene la Cátedra Candelaria, y aquí todos debemos hacer clic a la vez, porque el tema es precisamente LO RELACIONAL.

Alvaro: LO RELACIONAL

Una recapitulación de lo dicho, después de haber disparado el encendedor que nos lleva a emprender, a asumir nuevos roles, a buscar nuevos escenarios,  a romper esa rutina de ese desgaste cotidiano, después de haber emprendido expediciones para buscar lo diferente, lo distinto, después de haber percibido los distintos olores, los distintos colores, las distintas caras de la gente, después de aquella imagen que nos deja el video, cuando aquella observadora de pintas, inspectora de pintas, descubre a una mujer con un traje extraño, se acerca a ella y la descubre por fin, como alguien distinta, diferente, con quien es posible hablar; después de que se hace esta expedición para conocer lo invisible, para mirar a través de los ojos de las palomas o de los bichos, para hablar con seres imaginarios, para colonizar de manera distinta, ya no colonizar para someter, sino para liberar, para desencantar y volver a encantar sitios como aquel callejón que nos cuenta Jairo.

Después de hacer todo eso estamos en capacidad de estructurar algunos senderos; senderos que nos permitan descubrir las tramas fundamentales del tejido, de nuestro tejido, del campo relacional en que estamos inmersos. Por eso se estructura un trayecto para sentir, para descifrar, para poder entender mejor la conquista, la conquista con la que empieza la civilización; este sendero parte del parque donde está la estatua del conquistador Jiménez de Quezada en la plaza del Rosario; desde se allí se parte de una expedición, pero de una expedición que compromete  (¿al buen guía?)   que compromete sentimientos; se trata de  que todos lo que la hacen asuman, traten de meterse en el cuero de un conquistador y descubran al conquistador que llevan dentro, descubran que el espíritu de pandilla viene de allá, que la lucha por territorios viene de allá; que realmente todavía la conquista subsiste en nuestras relaciones cotidianas.

Después estructuramos otro sendero; este sendero lo construyen las mujeres, desde la iglesia; desde la iglesia salen para hacer un sendero de mitos, de creencias, de prejuicios; van en busca de aquellos seres que salen de esas leyendas, de esos mitos; y entonces, como los mitos nos enseñan también a prejuzgar y a excluir van en busca de una bruja y se acercan a la casa de una pobre mujer; allí creen que van a encontrar una bruja y encuentran una mujer pobre, que vive allí el centro de Bogotá, cerca de donde se fundó; es como si nos estuviera diciendo que eso es lo que subsiste de esa larga historia, de esa larga trama: una mujer pobre, en una casa miserable, que espera la muerte, que conversa con estas niñas que salen diciendo después que “esa mujer es más pobre que nosotros”.

Después se estructura otro sendero desde el parque para tratar de meternos en el alma de los habitantes de América antes de la llegada del español, antes de la conquista, para hacer con ellos el recorrido como personas vinculadas a la naturaleza, como los naturales, pero que todavía están aquí, que hace poco redescubrimos con la Constitución del 91 que trajo la noticia de que todavía viven acá, que hablan muchos idiomas que tienen muchos sistemas de conocimiento, de creencias; estas personas nos enseñan a ser vecinos del sol, con el que hemos nosotros acabado o roto nuestras relaciones de vecindad, porque desde la maloca están en permanente relación con el sol; la maloca es un reloj del día y también un calendario del año, es un instrumento, es un artefacto que permite conectarse con el mundo y con el cosmos de  manera distinta y esas personas todavía están aquí y todavía pueden darnos ese hilo para recomponer la trama.

Entonces nos damos cuenta, realmente, de que nosotros somos producto de un campo de relaciones, de una red muy compleja que así como nos constituye, nos enriquece, también a veces nos destruye, nos empobrece, nos aniquila. Que esa trama es la que estamos reconociendo para reconformarla, para  reconstituirla. Y allí descubrimos que de la trama de nuestra historia todavía está el espíritu de la conquista, de la colonia. La Candelaria es un escenario de  conquistas y colonizaciones permanentes, así como el centro de Medellín. Lo mismo. Siempre hay alguien que se está colonizando, que está conquistando La Candelaria; pueden ser universidades, que conquistan La Candelaria, básicamente porque allí pueden ampliar el campus universitario pero no interactuar con la localidad, parece que les interesa poco por ahora interactuar con esa localidad y les interesa más expandir su territorio sin importar lo que hay allí al lado; eso que descubren lo muchachos cuando salen a explorar esta localidad.

De manera que entonces empezamos a tener plena conciencia de que somos parte de este tejido, de que así como subsiste ese ánimo de conquista y cómo todavía nos comportamos como los colonizadores, no en La Candelaria, sino en el país. Aquí también vemos como la gesta de la independencia se ha desdibujado, se ha destejido y nos toca volver a conquistar o a hacer el entramado que nos garantice, que nos de sustento, que nos de autonomía. Lo mismo puede decirse también de la república, ese proyecto de estado nación que parece cada vez más deshilachado, descompuesto, y que es preciso también reconstruir.

Pensamos que por estos senderos se llega a tener una conciencia, pero más que una conciencia intelectual, abstracta, una conciencia vivencial, una conciencia que es producto de una exploración que compromete los sentidos y compromete al corazón, que compromete los dos hemisferios del cerebro. Pensamos que estos caminos tienen que confluir a un sitio; ese sitio hemos pensado que puede ser el Chorro de Quevedo, para que allí se encuentre la gente y vuelva a conocerse, a reconciliarse y a comenzar un espíritu de refundación de la localidad. Este es el sitio que va pues desde el emprendimiento a la diversidad, a la exploración de lo invisible, que pasa por la construcción de estos senderos y que nos permite reencontrarnos, para ser fecundos y para poder iniciar esta tarea fundamental de educarnos todos, de volver a aprender  lo que somos, y tal vez aprendiendo a descubrirnos, a conocernos, podamos ser mejores ciudadanos, mejores maestros, mejor gente.

Ese es el resumen de lo que hasta ahora hemos detectado, lo que estamos construyendo, es un ciclo que va desde el emprendimiento hasta el encuentro; tiene que, este ciclo, reiterarse, volverse más rico, hacerse con el apoyo de más gente, por supuesto, pero pensamos que aquí hay una ruta que puede ser muy fecunda para esto de educarnos todos.

(1)Equipo integrado por: Álvaro Velazco, JoséVicente Rubio, Ludy Martínez y Jairo Suarez.

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